Frikis, reuníos!

El mundo es de los frikis. Todo el mundo lo sabe, pero prefieren ignorarlo y continuar con sus vidas, familias, hipotecas, convencionalismos sociales y lobotomías varias. Ellos disimulan, nos miran de reojo, con recelo. Saben que lo sabemos. Tenemos el control... de nuestras mentes, que ya es pedir mucho.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Pathfinder Chetos Club: Voices in the Void ó Este Museo es un Desastre, limpiadlo de vez en cuando.

Jornada de tarde del Chetos Club en mitad del mes de Agosto. A pesar del calor y de la falta de naves marcianas en nuestro espacio aéreo sin más motivo que el de exterminarnos, decidimos quedar 5 valientes más el máster a ver que se cocía en la Pathfinder Society a parte de nuestros webs por la canícula madrileña.

El plantel era de esos que dices "bueno, creo que hoy no morimos aquí": dos guerreros (alberto y pegash), un clérigo (oliver), la del látigo que baila (miguelón), un rogue (yo con Maricielo) y el máster (pedro).

(Empiezan mis spoilers. Podeis leerlos porque la mitad no lo cuento y la otra mitad casi se me olvida)

El asunto que nos mueve es que la hija de muy buen ver (nuestras febriles imaginaciones empiezan a trabajar) de un magnate ha desaparecido... La joven es arqueóloga y busca piezas para el museo familiar. Nos cuentan que encontró un cilindro (nuestras imaginaciones trabajan más), se lo llevó al museo, se encerró en una habitación y desde entonces no ha salido ella... Ni los soldados que han enviado allí a rescatarla (nuestras febriles mentes ven orgías de la joven con la guardia, un cilindro con motor que vibra... Cachondeo generalizado)

A la joven nos la imagínabamos así de perdida en el sótano, pero en vez de un polo, con un...

 

En fin, que allá vamos, a cumplir con nuestra misión y las de nuestras facciones. Las mías esta vez son sencillas: se trata de buscar unas cosas... Nada problemático para una elfa con un +13 a percepción...

Llegados a este punto tengo que decir que gracias a Nagash y sus chetizaciones, recien llegada Maricielo al nivel 7 me puso un extra rogue talent, ninja trick y ki pool... En cristiano, que dos veces al día me puedo hacer invisible 7 rondas, las mismas que mi nivel. Guay. Eso mas pociones de invisibilidad y cat graces como para lavar un coche hicieron que solo me gastara en el Mercadona una moneda de oro en yesca y pedernal. Debían haber subido el iva de eso, porque me pareció caro de cagarse.

Pos ná, nos dejan en el museo y abrimos la primera puerta, nos sale un tiranosaurio esqueleto y nos mete la del pulpo. Así, sin vaselina. Me como 37 de daño (de 53 que calzo) le hago de todo, el guerrero de Pegash le da también la del pulpo y se come otros treinta y tantos points... En fin, al final cae, pero lo flipamos todos. Primera sala y el clerigo chanelizando curaciones que ni Cristo con Lázaro.

Segunda sala, estatuas de muy mal rollo around the world. Buf. Me hago invisible para llevarme una documentación para Cheliax, me descubren dos gárgolas que estaban quietas hasta que dediden fostiarme y me dan la del pulpo... Me quedo a 8 de vida... Estupendo. Ante la duda decido resistir con el combo "Maricielo Rules": acrobacias con mi +12 en esa disciplina, busco la espalda del enemigo, sneak atttack, crítico, CONFIRMO CRÍTICO, 44 de daño... (Tachaaaaaan!) Retreat y ahí os las dejo a vosotros, que a mi me da la risa... La verdad es que el grupo funciona de maravilla... Los guerreros aguantan, Alberto mete hostias como panes, el clérigo cura y apoya, y la del látigo canta de maravilla para darnos bonus hasta para mear...y va usa el látigo y desarma a una gárgola... Habitación limpia.

( en ese momento llama mi madre y cuenta la siguiente historia: en el pueblo donde tenemos la casa, al final de las fiestas, la Alcaldesa se viene arriba y anima a un señor mayor (+83 años) a que salga con ella a bailar "la jota de la despedida". El viejete se anima -como siempre- y sale a bailar mientras todo el pueblo se arremolina ante él y la señora alcaldesa... La orquesta toca apasionadamente la jota de marras y en ese momento se le revienta al señor la aorta y, efectivamente, es la de la despedida, pero la definitiva, porque el buen hombre no se recupera ni con el helicóptero que viene a rescatarle. Todo el mundo se queda impactadísimo... Tanto tanto que al día siguiente hasta hacen un minuto de silencio antes de que empiezen los encierros de toros. Es lo que se dice de "el muerto al hoyo y el vivo al bollo".)

La anécdota es acogida con fruicción y decidimos que aplicaremos el término "dale la jota de la despedida" a aquellos malos que resisten más allá de lo normal.

Este señor de azul es Eamonn Kilbride, ciudadano británico de 46 años, que murió de un paro cardíaco cuando bailaba el 'Gangnam style'. Otra "jota de la despedida", otro estilo, igual resultado. Lean más y bailen menos. Fin de la cita.

 

Las salas se van sucediendo y lo vamos solventando sin demasiados problemas, cosa que nos sorprende porque la progresión vistas las dos primeras habitaciones era de mear y no echar gota.

¿Quieren saber cuando están ustedes jugando con profesionales? Pues cuando gracias a las tiradas y bonos se descubre que en la siguiente habitación hay unas plantas chillonas que pueden dar la alarma a unos cerebros que flotan y nos vigilan sin identificarnos, y se decide echar un conjuro de silence, matar a las plantas que chillan pero nadie las oye y cruzarnos de puntillas la sala sin hacer ná. Ahí. Justo ahí.

Y bien, después de este momento bien hilado, llega la sala final: una caja extraña en el suelo, y unas cortinas que tapan lo que sucede detrás, osea, el malo chetizándose para lanzarnos todo. La caja la metemos dentro de un saco dimensional que nos habíamos encontrado junto con mil pergatas y ya veremos que hacemos con ella después: descubrimos que tiene truco, mejor dicho trampa. Y a la de una dos y tres nos lanzamos hacia las cotinas...ooops... Nos esperan unos zombis plantas (los guardianes enviados a rescatar a la chica) y a ella inundada de tentáculos que la poseen...si, habeis leído bien, pero no es eso en lo que estais pensando, guarretes.

La chica estaba asī pero inconsciente y poseída por un ente de otro plano. Imaginároslo, coñe.

 

Nada más vernos nos lanza todo lo que tiene encima + los zombis planta y su lider, una criatura planar. El problema es que nos tira encima un conjuro de tentáculos que salen del suelo, nos agarran, nos estrujan y nos empiezan a licuar... Mieeeeeeen. Yo me pongo invisible y cada uno hace lo que puede. Alberto se mete una poción de enlarge person y se hace mega grande. Y aquí cago yo mi tirada para ver si conseguía salir (dificultad 22). Guay. El caso es que milagrosamente todos van saliendo -menos yo, que me como ya casi 20 de daño y la del látigo que está persiguiendo al planar para darle un beso, totally possessed- y lo hace -increíblemente- Pegash, que le tenía al lado. Como estoy invisible le digo que extienda su brazo para agarrarme a él, mientras el clérigo en un ataque - uno- se lleva por delante a los zombis planta y Alberto le mete una mega hostia al planar, crítico incluído, que le manda al otro lado en más trozos de los que podíamos contar... Al final salgo y como soy invisible busco la espalda de la chica posesa, que es donde está el objeto. Ella enfadada nos aturde, atonta y paraliza, pero enseguida le damos la "jota de la despedida" al espíritu planar salvando la vida de la joven. Y el objeto acabó en el saco sin fonde ese... Anda que como un día lo abramos, verás tú...

Para celebrarlo nos vamos al bar de stritease que acaba de comprarse Hamarita (la del látigo) la ex amante de Maricielo. Allí, para vengarse de mi, se enrolla con el personaje de Alberto y me dice que me joda y que me enrrolle con Lady Scar... En fin, una pelea de gatas en todas las de la ley. Maricielo, sin problemas se queda en el bar disfrutando del ambiente y pasando de la "latiguera".

Como veis, hacemos el tonto más que el Carromero al volante.

Genial el Pathfinder Chetos Club.

 

 

domingo, 18 de agosto de 2013

Elysium no es buena... Y podría haberlo sido.

Pues no, no es buena. ¿Y porqué? Porque tiene unas dosis de moralina a lo plastidecor, como en tantas otras películas de corte "evangelizador yankee", que me empiezan a molestar profundamente.

Que una monjita (cristiana) le diga al protagonista siendo este niño que "un día hará algo importante" y que toda la película esté llena de hispanos morenos (y sucios, muy sucios) y él sea rubito y guay, es un poco de coña. Pero que donde "los malos" viven la vida Bárcenas sea una rueda espacial donde sus aspas (cinco) tengan el formato de un pentáculo invertido casi la totalidad del tiempo, es de un arquetipazo tan duro que da la risa.

También encontramos los "niños pesaos" - esta vez son hasta dos- tan mal colados en la historia que molestan y te hacen anti empatizar con ellos, ayudando poco o nada al visionado y menos a la peli.

El español medio no se sorprenderá sobre la sociedad descrita en el filme, ni tampoco de las condiciones laborales que aparecen en él: estamos ya en ellas ambas. Hay un momento en el que en la factoría donde trabaja nuestro "redentor" se oye una voz en los altavoces que dice "todo trabajador tiene una sola oportunidad de ir a los lavabos"... Mi novia se giró hacia mi y me dijo "anda, mira, como yo cuando trabajaba en el Erosky". No creo que haga falta decir más.

Curiosamente todo lo demás es bueno, si exceptuamos algún salto de guión innecesario. Las armas, las naves -son preciosas-, el cochambre general, las armaduras, los robots... y hasta la violencia gore. Especialmente reseñables las escenas de acción, que someten a su ritmo a toda la gama de efectos especiales, donde aquí si y no como en otras películas, los FX trabajan para la película y no al revés, cosa que se agradece.

A ver si consigo de una vez el perrito piloto...

 

En fin, una película que podía haber dado para mucho más y que se queda en arquetipos chungos (como dice mi novia: "esto es el mito del redentor de los espaldas mojadas en la frontera USA") pero que para pasar el rato está bien, si no fuera por el precio de las entradas, que empieza a ser algo realmente sangrante.

Sinceramente prefiero ir a ver mierda de superhéroes: al menos sé que voy a ver. Estas pelis de "parece que aquí hay mensaje" se quedan, como mucho, en las cartas esas que entregaba Isabel Gemio. Y creo que eso sucede por intentar ponerle mensaje al tema. Seguro que si no lo hacen les sale mejor.

 

jueves, 15 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z: la reseña definitiva

No me he animado a ver la peli, así que he estado atento a las reseñas de la misma. Me resultaba curioso que el aspecto de "family-feber" del cartel en el que sale guay Brad Pitt como enérgico y preocupado padre de familia no tuviera una continuidad en la película. Este pasado fin de semana estuvimos mi novia y yo con Frank G. Rubio en su refugio de las montañas madrileñas, donde nos comentó algunos de los arquetipos metidos con calzador en Guerra Mundial Z, así que le dije que en cuanto lo publicara me haría eco en el blog. Pues lo prometido es deuda.

GUERRA MUNDIAL Z (la película)

Por Frank G. Rubio, publicado originalmente en nuestro blog http://kippel.blogs.generacion.net/


Dirigida por el perpetrador de la peor película de la serie Bond, hasta ahora realizada, y producida por, y protagonizada para mayor gloria de, Brad Pitt ya de entrada era difícil esperar sorpresa agradable alguna. Al menos por el lado de lo que buscamos los aficionados al cine de género (un mínimo de originalidad en el tratamiento de nuestras muy queridas y recurrentes temáticas), más con relación al peculiar subconjunto consagrado a los “muertos vivientes”, tan apocalípticos y arquetípicos ellos. Por lo demás cada día más devaluado este mitema por elaboraciones de muy exigua calidad. Aun recuerdo con prevención las aportaciones prescindibles de Danny Boyle y Fresnadillo (¡con lo que prometía este chico!) o la última e insoportable variante de El último hombre vivo. Es un género que huele ya, con las excepciones de rigor, a putrefacto como puede comprobarse visionando las últimas aportaciones del maestro Romero; aguardando quizás, me volveré optimista, la llegada de alguien joven y rompedor que de al asunto un nuevo giro de tuerca.

No es el caso, claro está, de la película dirigida por Marc Foster que dice inspirarse en la novela de Max Brooks con la misma precisión, sospechamos los que la hemos leído, con la que los discursos de Obama o Rajoy se refieren al mundo real.
La película, costosa y difícil de terminar por numerosas vicisitudes que no viene al cuento relatar, forma parte del “cine familiar” (la palabra “blockbuster” me parece repugnante) engendro elaborado por Hollywood para conseguir una innumerable multitud bípeda, puramente informe y multicultural, como audiencia y colocar todo tipo de lugares comunes, más o menos subliminales y edificantes, de corte ideológico y estupefaciente en el mayor número de agonizantes cerebros. Spielberg es el Einsenstein de esta variante del engaño sistemático, originada muy posiblemente con los autos sacramentales en el Barroco. Salvando las distancias que son ingentes.
El film, netamente apocalíptico en ocasiones y en linea con el inefable y prescindible Emmerich, comienza con un atasco de tráfico en la seminal ciudad de Filadelfia. Recuerdo al lector que así comienza el colapso de nuestra civilización en la olvidada e inteligente obra de Roberto Vacca, publicada por Editora Nacional en 1976, La morte di megalopoli (La muerte de Megalopolis).
Nos encontramos de lleno, y no por azar, en el mundo de los arquetipos refutando con ello los comentarios de algunos críticos que comentan no haber percibido mensajes ocultos, ni segundas intenciones como sí dicen encontrar (sic) en las producciones del “cine independiente”.
Los mensajes no están nada escondidos, cierto, pero son significativos. Nuestro protagonista es un hombre de familia con dos hijitas preciosas casado con una pelmaza cuya afición al móvil casi lleva a mal termino la misión costando unas cuantas vidas en el camino, trabaja en la ONU y es amigo de su Vicepresidente que, lo habéis adivinado, es obviamente negro. Quise decir afroamericano, con perdón. El gobierno USA ha desaparecido y todo está en manos de los militares que clasifican a la gente como ganado, por su bien claro está, cosa que se vive con encomiable candidez y resignación (“civismo”) por los receptores. Hasta ahora, más o menos, la realidad a pie de tierra de la Norteamérica post-11S. Tras ser rescatados se une a la familia maravillosa acosada por los zombis, que no son otra cosa que gente de la calle rabiosa por mor de un virus (quizás el “Crisis Pandemicus”), un niño mejicano procedente de una familia de inmigrantes ilegales que añade, sin duda, el necesario aporte genético a la matriarcal unidad de destino en lo universal-global que protagoniza este bodrio. Otro toque nauseabundo de buen rollito “políticamente correcto”.
Buscando el origen de todo el entuerto se desplaza a Corea de aquí, tras revelaciones oscuras y acción trepidante, es remitido a Israel donde el Mossad ya estaba enterado de todo y había edificado un muro en torno a Jerusalén para proteger manu miltari a multitudes exultantes de abrahamismo congénito; otro virus multidimensional y global de difícil erradicación, añado melifluo. Aquí asistiremos a “magnificas” escenas infográficas, en la línea de las abominables entregas de El señor de los anillos, donde multitudes inerradicables y rabiosas asaltan tan sagrado enclave definitorio de nuestra civilización, mientras nuestro héroe huye en un avión de Bielorrusia acompañado de una militar israelí modélicamente virilizada, como mandan los cánones de la androginia eugenésica. que diría Pilar Baselga, de nuestros vendidos, a la gente legumbre e insecto de un lejano y subterráneo pasado, clanes de la clase dirigente. Todo tendrá resolución gozosa y salvífica en Gales, en un laboratorio donde conservan un ejemplar de nuestra entrañable y africana Eva mitocondrial zombificada y con ganas de morder. La clave: infectarse con enfermedad para evitar el virus. Lo previsto: masacrar y quedarse con el antídoto.
La domesticación del zombi, que ya formaba parte como “valor” de las entregas postreras de Romero, prosigue hasta el punto que pronto el muerto viviente coincidirá con el ser humano normal: el hombre sin atributos propio de la muchedumbre solitaria multicultural e infecta que puebla las megalópolis del siglo XXI. Nuestros “hermanos”.
Un crítico de buena fe aunque algo despistado se queja: lo que más me molesta al respecto, es que hayan continuado con la domesticación al zombi para hacerlo un producto familiar, como ya se viene haciendo desde hace unos años. ¿A qué me refiero con esto? A que el zombi se ha convertido en una criatura inocente, no en el sentido de que no haga daño, si no que cada vez es menos explícito.
Entérate guapo: El zombi somos nosotros, vistos desde su perspectiva World Wide Fund amante de las verdes praderas. Las escenas finales, nada inocentes de recuperación del señorío humano a golpe de rifle, lanzallamas y tanqueta; la reconquista de Moscú y las multitudes zombies deambulando por lugares repletos de mezquitas (¿la meca?), no parecen nada inocentes aunque no estén “ocultas”.
Bodrio pues indescriptible, que dará mucho dinero y atornillará aun más las mentes-letrina de los “espectradores” a las imbecilidades de la agenda globalista. La combinación de Bernays, con Zuckerberg y

Gramsci, sigue funcionando. Hechizos baratos en el umbral de la incineración…






 

viernes, 9 de agosto de 2013

Locke & Key, reseña en www.angulomuerto.com

Originalmente esta reseña fue publicada en el nuevo proyecto en el que se ha embarcado mi amigo Frank G. Rubio, la revista www.angulomuerto.com

Colaboraciones multidisciplinares, variadas, tendentes a la contracultura y personalmente irreverentes. No haynque decir mucho más. Libros, música, y cómics... Y ahí entro yo. Aquí teneis mi colaboración.

 

LOCKE & KEY. BIENVENIDOS A LOVECRAFT.

 

Nunca me he sentido muy atraído por eso que se denomina "cómic independiente" y si en cambio por el cómic en su versión más de andar por casa... Superhéroes clásicos, manga y novelas gráficas. El cómic independiente me resultaba un acto de experimentación en el que no me sentía a gusto y he preferido siempre la "comodidad" de las sagas y las historias a lo Falcon Crest que se entrecruzan con los actos heroicos de esos personajes que visten de colorines, con los calzoncillos por encima de los pantalones...

 

Por supuesto hay excepciones en esto del cómic independiente, sus formatos y mis gustos. Locke & Key entra dentro de esta clasificación. Comenzada a publicarse en el 2009 por IDW, una editorial fuera del marco de las gigantescas DC ó MARVEl y sus temáticas base, pero con buenas obras como las precuelas dibujadas de la nueva película de Star Trek, Locke & Key ha sido una sorpresa, hasta cierto punto no muy inesperada. Joe Hill, el guionista es un tipo que se ha partido la cara escribiendo novelas y relatos de terror, por lo que le concedieron, entre otros premios, el Bram Stoker, llegando a arrasar en ventas con su novela "El traje del muerto". No nos debería extrañar esto, lo lleva en los genes... Su padre no es nada menos que Stephen King...

En los lápices nos encontramos a Gabriel Rodríguez, un hasta ahora desconocido artista chileno, y que directamente saltó a la editorial IDW, donde ha demostrado que es bueno, muy bueno. Puntillista, de trazo limpio y obsesivo, sabe perfectamente dibujar el desasosiego... Y es que en Locke & Key, dibujar la pesadilla, la muerte e inyectar el terror y la locura en los ojos de los protagonistas es vital.

Lo es porque Locke & Key es un viaje a la locura, a los mundos paralelos, a los fantasmas, a los destinos marcados a fuego y al terror sin que ninguna de estas sensaciones choquen entre sí y nos resulten poco concretadas. ¿Cómo conseguir todo esto? Sencillo. O muy complicado, como ustedes quieran. Verán, se coge a una familia de pasado turbulento, con madre posesiva, descuidada y deprimida y se la traslada al pueblo de Lovecraft, a una mansión que ríanse ustedes de la de Psicosis, junto con sus tres hijos a cada cual más raros y en esas edades especialmente hormonadas de la adolescencia. Se les suelta en la casa y la mansión, o sus nuevos habitantes, empiezan a disparar toda una serie de acontecimientos, conjugados en forma de llaves, que les permiten acceder a lugares recónditos, universos paralelos y tiempos pasados. Si esto lo sazonamos con asesinos en serie, crímenes varios, fantasmas y leyendas, el cóctel sólo puede explotar.

Original, tensa y llena de recursos clásicos pero muy bien aprovechados, esta serie lleva desde el 2009 dando guerra en los certámenes

más prestigiosos de cómic. Su última victoria, el Eisner a Joe Hill.

Muy recomendable. Eso si, si deciden darla una oportunidad y mientras la leen sienten angustia en la boca del estómago, no me echen la culpa. ¿Que esperaban de una mansión del siglo dieciocho llena de misterios y crímenes ubicada en un pueblo llamado Lovecraft? Pues eso. Cojan la llave y abran la puerta....

 

Enrique Freire

 

 

 

 

 

sábado, 3 de agosto de 2013

Dos hermanos de Cheliax en la Pathfinder Society (trasfondo para Gerard y Sabrine Willow)

Bueno, ¿que sería de un friki si no se inventara la vida de sus personajes roleros? Pues poco. Sería un friki de segunda división. Así que una vez más, y para que no se diga, voy a poner unos trasfondos.

La historia en sí se la inventó Nagash Daigotsu, miembro del aclamado Pathfinder Chetos club, y jugador de algunos míticos personajes como Lady Scar, de la que hemos contado vida y aventuras por aquí.

Un día descubrimos que su recién creada bruja Cheliax y mi recién creado guerrero cheliax podían ir muy bien juntitos e incluso compenetrarse con combos si les pusiéramos alguna excusa más que la sencilla y clásica de "son amigos y residentes en Cheliax". Pensamos que sería una buena idea que fueran hermanos, así que nos pusimos a ello... Y hasta hemos jugado en ese plan.

Como digo la historia es de Nagash y la novelización y conexiones son mías. Esperamos que os guste.

 

 

La puerta de la lujosa pero caótica habitación se abrió con el lastimero chirrido de una cerradura mal engrasada.

La joven se sobresaltó, enfrascada como llevaba horas en sus libros de magia. Recortada contra la luz anaranjada del crepúsculo apareció la figura de un hombre, ataviado con una armadura que desfiguraba sus líneas y le hacía parecer más grande de lo que era, casi en un monstruo. En su mano derecha una gran espada casi rozaba el suelo.

 

- Hermano, pasad y bebed algo. Supongo que estaréis agotado... No os veo desde por la mañana.

 

El hombre avanzó lentamente, precedido por el tintineo de las placas de su armadura y de la malla interior. El sol reflejaba las máscaras talladas hábilmente en la armadura con destellos dorados mientras caminaba lenta, pesadamente y enfundaba su pesada espada. Con un gesto de habilidad se quitó el casco, dejando caer una melena pelirroja sobre sus hombros mientras unos ojos verdes como esmeraldas refulgían en su piel morena, perlada de sudor.

 

- Gracias, Sabrine, querida hermanita. - dijo con una sonrisa mientras cogía la copa de plata que la mujer de ojos negros como el azabache le tendía y se la bebía de un trago para después besarla en la mejilla con un ósculo que nadie habría calificado como familiar.

Ambos sonrieron mientras el sol se ponía en Egorian.

 

 

Cheliax es un lugar donde cada uno se hace a si mismo. Mientras tanto intenta disfrutar lo máximo que puedas.

 

En un imperio donde es normal el pactar con los diablos, ser un huérfano no es nada fácil, sobretodo si lo eres de una casa noble caída, cosa que sabían muy bien Sabrine y Gerard Wilow.

 

 

 

La casa willow era la dominante del barrio de Hellhound en la capital de cheliax, Egorian. La familia consistía tan solo de los padres y sus dos hijos. El padre, Konrad willow, era un afamado almirante de la marina imperial, la madre era la hechicera Ahoppie Wallder Willow, una taldorana. Hechicera , Taldorana y casada con un noble de Cheliax, tenía todas las posibilidades de ser acusada de espionaje, más aún en un imperio en el que se torturaba por aburrimiento y más si la familia Willow nunca aceptó esa boda. ¿Que se podía esperar de unos chismes de viejas contados al amor de la lumbre en invierno, alimentados por el resquemor de una familia que veía como su linaje podía acabar en manos de una Taldorana?

 

A pesar de los contactos de Konrad y de la falta de pruebas claras, las acusaciones fueron puestas encima de la mesa, en medio de una extraña guerra de facciones nobiliarias, en las que el matrimonio Willow fueron el casual chivo expiatorio que sirvió a las esquivas instituciones Chelíax para descargar cierta presión y calmar las ansias de sangre de la corrupta oligarquía.

 

Las ejecuciones fueron sumarias y los hijos deberían haber seguido el mismo camino, pero el joven Gerard, de tan solo 6 años, pidió un juicio por prueba, una vieja costumbre de el tiempo antiguo de Cheliax que casi nunca se usaba y que su padre le explicó horas antes de ser ejecutado. Consistía en realizar 3 pruebas de valor para salvarse de esa pena capital extendida a toda la familia Willow.

La emperatriz, con cierto gusto por el melodrama intercedió por ellos y acepto este tipo de penitencia, mientras la exposición del joven Gerard arrancaba aplausos a la nobleza que ejecutaba a sus padres y que veía que su diversión no iba a ser breve. Gerard, ese niño pelirrojo de aspecto frágil pero orgulloso que lloraba en mitad del patíbulo mientras intentaba que su voz sonara potente y desafiante, esperaba poder hacer las 3 pruebas y así salvar a su hermana, lo único que quedaba de su familia.

Lo que hizo que sus rodillas temblaran fue cuando la Emperatriz le dijo que, como correspondía a la Antigua Ley que él invocaba, su hermana también tendría que hacer esas tres pruebas. Un giro inesperado de la moneda del destino, que volteada en el aire se ríe de los mortales presuntuosos...

 

La primera prueba fue una prueba de vida, una prueba para ver cuanta era su capacidad de sobrevivir. Gerard fue arrojado a los Pozos de Sangre, unos círculos de luchas de gladiadores donde tendría que sobrevivir, mientras Sabrine fue llevada como sirvienta a una baronesa vampiresa como parte de un tributo en siervas por ciertas deudas. Ambas pruebas, casi penas, durarían 5 años.

 

Los Pozos de Sangre son un lugar de pesadilla, hacen luchar a hombre y niños, entre si y contra todas las bestias inimaginables. El capataz de ese antro, un hombre increíblemente gordo llamado Mug el negro, odió desde el primer minuto a Gerard por ser de alta cuna y en su primer combate hizo luchar al muchacho con un perro infernal...que mejor un Hellhound para el huérfano de ese mismo barrio... pero ante todos, y gracias a la caprichosa moneda del destino, Gerard mato al cánido con sus propias manos después de que este se golpeara la cabeza contra la pared del pozo tras una esquiva milagrosa del pequeño. Así se gano el sobrenombre de Hellhound.

 

Durante los años venideros el ya no tan pequeño Gerard se convirtió en en un hábil guerrero. Los mayores espectáculos y apuestas giraban entorno a el. Le hicieron luchar con casi de todo, Goblins, niños, arañas, lobos... hasta gladiadores expertos, todos morían, Gerard tenia un propósito y nadie podía arrebatárselo. Eso y una gran capacidad de observación: solo una profunda atención del enemigo podría darle la clave para vencerlo.

 

Sabrine no tuvo tanta suerte. Una niña de 4 años esclava de un vampiro...la imagen estremece solo de pensarlo. Drenada cada poco tiempo así como el resto de sirvientas además debían responder a los caprichos de la Vampira y a mantener su castillo. Aunque a menudo tenían que pelear entre ellas por comida o por una falsa sensación de poder y a pesar de que Sabrine no tenia tanto carisma como para hacerse prevalecer entre las demás, su inteligencia y la capacidad de observación, como la de su hermano Gerard hizo que muchas veces pasara desapercibida y que poco a poco se fuera convirtiendo en una sirvienta eficaz. La vampiresa empezó a necesitarla... escriba, mensajera, historiadora, incluso llevó la lista de víctimas y drenajes de la vampira... Y espía, porque poco a poco, gracias a su contacto con la vampira fue adquiriendo la habilidad para la magia...

 

Ambos hermanos tenia claro que sus captores no iban a dejarlos marcha vivos y que el tiempo no jugaba en su favor, pero ambos, aunque separados, eran unos supervivientes.

Días antes de que finalizara su estancia en Los Pozos, Gerard reto en publico a Mug el negro. Este, la sombra del gran gladiador que fue, oliendo la oportunidad de sacar dinero con las apuestas sobre el "niño imbatible" aceptó ciego de prepotencia, un grave error que le costaría la vida, en su caso la cabeza. Gerard ya era un joven experimentado que sabía mil y una tretas... Mug repitió muchas veces ante las victorias de Gerard que los guerreros ya no eran como los de antes, como lo eran los de su generación. Instantes antes de morir supo que Gerard era, efectivamente, de otra generación, pero muy superior a la suya...

 

La vampiresa tenia cierto cariño por Sabrine no cabía duda, pero el mismo cariño que alguien le tiene a una mascota. siempre tuvo la intención de transformarla antes de que se cumplieran los diez años, pero no contó con los cazadores de vampiros. Durante años Sabrine hizo escapar a muchas chicas, víctimas de la vampira, y dejo muchos mensajes ocultos, pistas para que Los Cazadores pudieran encontrar a su dueña... le resultó sencillo: al llevar tanto la mensajería como las lista de victimas de la baronesa la vampira había puesto en las manos de Sabrine la estaca de madera...

Pocos en Cheliax esperaban la vuelta de los hermanos, pero muy pocos esperaban lo que pareció. Gerard era ya un joven imponente de pelo rojo fuego, ataviando con una armadura negra hecha de restos de otras armaduras de sus enemigos vencidos en Los Pozos incluyendo algunas de Mug el negro. Sabrine, a su lado tampoco pasaba desapercibida a su lado: vestía un elegante vestido de la baronesa vampira, recientemente ajusticiada por un Cazador Nocturno. Todo el mundo supo al ver como se miraban que los dos hermanos habían cruzado su experiencia y se habían convertido en una única arma mortal. Más de uno de los que aplaudieron los ajusticiamientos de sus padres ahora se removían inquietos en sus lujosas poltronas.

 

Presentados voluntariamente ante la Emperatriz, pidieron ante la sorpresa de todos su segunda prueba. La Emperatriz, inquieta y a la vez divertida, les ordeno traer algo de valor de vuelta al imperio, y aunque eran libres, podrían ir y venir con libertad, se les dio un año para cumplir la misión, y para evitar que escaparan se les pusieron unos collares mágicos que de tardar mas de un año en volver los matarían.

Con una sonrisa los hermanos partieron.

 

No se sabe muy bien que pasó con ellos durante ese largo año. Unos dicen que Gerard se convirtió en pirata, otros que en mercenario en las junglas...quizás un poco de todo...

 

De Sabrine se supo poco, menos incluso que de Gerard. Se habló de magia, de que había estado en extraños Aquelarres a dioses imposibles de pronunciar, de matrimonios con hechizeros... Habladurías... ¿o quizás no?

 

 

Al final del año ambos hermanos estaban de vuelta en Cheliax, y aunque ambos aportaron tesoros perdidos para el imperio de Cheliax, y que algunos de ellos provocaron guiños de placer en los ojos de la Emperatriz, no bastó.

Todo no estaba perdido: los jóvenes se presentaron ante la Emperatriz días antes de que terminara el plazo. Apretando los dientes se retiraron pensando en jugar una última carta antes del fin...

 

 

El ultimo día Gerard hizo traer unos carruajes y de ellos sacó decenas de esclavos, todos eran de la familia Walder Willow, la rama de su abuela. Había estado dando caza a todos los conspiradores de su rama materna de la familia y los había traído junto con pruebas de sus conjuras contra Cheliax... Abandonado por sus abuelos, que habían estado de acuerdo con la muerte de su hijo y nuera, a los jóvenes Willow eso siempre les hizo pensar que se debía a algo más. Gerard, gracias a sus contactos en Los Pozos supo de extrañas conspiraciones para hacerse con el control mercantil de determinados barrios de la ciudad, cosa a la que siempre se opuso su ahora fallecido padre. Su familia nunca le perdonó y sólo años después supo que la boda con la Taldorana, su madre, había servido de excusa sangrienta.

Este regalo fue bien recibido por la Emperatriz y sobre todo por el resto de nobles que veían a sus pies a los que en las sombras pretendían dar un giro en el timón de la oligarquía Cheliax. Inmediatamente se le retiró el collar.

 

 

Sabrine, que había colaborado con su hermano en la detención de su familia, no trajo nada de mayor valor que una elevada suma de dinero...y una gran sonrisa. La Emperatriz, disimuladamente triste cuando realmente quería matar a uno de los dos hermanos para justificar su mando ante los nobles, decidió dejar que el colgante hiciese su trabajo en el momento de cumplimiento del año, en la caída de sol de ese mismo día, cuando Sabrine, debía morir por la acción de su collar mágico. Pero no ocurrió nada, es más, ni siquiera llevaba el colgante...nadie entendía nada excepto los mas listos: Se estaba entregando a si misma al imperio. Podía haber escapado pero decidió volver y como tal se aceptó como cumplida la segunda tarea. Ese día se ganó su sobrenombre: Crepúsculo.

 

 

La última tarea encomendada para ambas, la tercera prueba, aun perdura: se les indico que se unirían a la Pathfinder Society de por vida sabiendo que si en algún momento desistían morirían, pues no cumplirían su ultima prueba. Lejos de una penitencia ambos hermanos lo ven como un honor ya que les permite llevar por el mundo la insignia de Cheliax con orgullo, en la capital son visto como una ejemplo a seguir y tratados como héroes. Aunque siguen generando comentarios insidiosos, ningún noble se atreve a conspirar claramente contra ellos. Saben que su muerte sería cuestión de días.

 

 

Cuando no están de misión viven y prácticamente regentan el barrio de su padre, lugar en el cual satisfacen sus deseos mas lujuriosos y oscuros. Ademas se hacen cargo de todo desvalido que no tenga donde ir y ya sea con entrenamiento, magia o muerte lo convierten en alguien digno de ser llamado hijo de Cheliax.

 

Como antes hemos dicho es muy difícil ser un huérfano en Cheliax, pero si consigues hacerte a ti mismo puede ser muy... Placentero.