Frikis, reuníos!

El mundo es de los frikis. Todo el mundo lo sabe, pero prefieren ignorarlo y continuar con sus vidas, familias, hipotecas, convencionalismos sociales y lobotomías varias. Ellos disimulan, nos miran de reojo, con recelo. Saben que lo sabemos. Tenemos el control... de nuestras mentes, que ya es pedir mucho.

domingo, 7 de agosto de 2011

“EL LADRÓN DE LA AURORA” o el libro que todo rolero se plantea escribir.

Todos los veranos me leo unas cuantas mierdas sabrosas, generalmente franquicias , Warhammer y cosas así. Este año reservé la nueva novela de Ciaphas Cain, La mano del Traidor (del que prometo hablar en breve)  para reirme un rato y también un par de libros que llevaba tiempo pensando en comprarlos y que lo hice cuando los encontré en un saldo por un euro cada uno. Me refiero a los escritos por James Barclay y que en su momento (2004) publicaron los indescriptibles de La Factoría de Ideas: El Ladrón de la Aurora y Alas de Sombra. El guión, a priori, un clasicazo predecible: las aventuras de un grupo de mercenarios llamado “El Cuervo”… magos, batallas, elfitos arqueros y fantasías varias. Desde el luego el tal Barclay jugaba sobre seguro ya que, parece ser, sus ansías escritoras –que comenzaron en su niñez- se vieron forjadas y reconducidas a través de la mesa de rol en la que él y sus compañeros escribieron la base del mundo que posteriormente daría vida a los libros de este tipo.
Sin mucho convencimiento me puse a leerlo. Y me ha gustado. Llena de tópicos, destila un regustillo a rol que me ha quitado el mono ahora que estoy de vacaciones en un pueblo apartado de friqueces varias. Si, es predecible, pero desde casi el comienzo del libro hay una recomposición de ideas –algunas muy jugables, todo hay que decirlo-  e incluso del grupo que van confiriendo un cuerpo al libro que no pensé encontrar. Eso si, adolece de una descripción sólida de los personajes y cierto deslabazamiento de las escenas, pero tiene, en cambio, unas muy buenas descripciones de asuntos relacionados con la magia…. Hombre, que nadie se espere Juego de Tronos o incluso Las Crónicas de la Dragonlance, pero si es cierto que de este tipo de mierdas fantásticas es lo más rolero que he leído… y mucho mejor que el coñazo de la trilogía de Robin Hobb.
Es el libro que todo rolero hemos pensado escribir sobre las aventuras –y desventuras- que compartimos con nuestros compañeros de mesa y dados. Con el precio que en su momento le debió poner la Factoría haría de estos libros solo recomendables para superfriquis, pero por un euro es imperdonable no leerlo. A ver qué tal el segundo. Ya os contaré.
pd. Por supuesto, del tercer tomo de la saga ni está ni se le espera. Un clásico de las editoriales de nuestro país.

domingo, 17 de julio de 2011

Transformers 3: que el Fin del Mundo sea así, por favor.

Pues si. Después de ver como van nuestras relaciones incestuosas con nuestras primas -las de riesgo, además- los USA al borde de la quiebra, Bélgica en el bordillo e Italia en el banquillo, redescubro que este fin del mundo está siendo un auténtico coñazo, un tostón en toda regla. Siempre he pensado que el fin del mundo, ese que esperamos desde el Día del Terror que anunciaba Nostradamus para el 99, sería a manos o de un meteorito, o de unas naves nodrizas alienígenas... pero no. Vamos a acabar tapados por facturas, las nuestras y la de los demás, hasta morir por asfixia. Menos mal que mientras tanto nos podemos entretener con frikadas como Transformers 3. Que bien me lo pasé, previo mosqueo de pagar para verla en 3D.
   Y es que refleja perfectamente mi ideal de Fin del Mundo como Dios Manda y como un friki podrá desear: supercoches, superhostias, superarmas, superdestrucción, superpivas... así da gusto, joder.
  Me sorprende ese momento crítico que le entra al gafapastismo friki de considerar que obras maestras como esta -muy superior a la segunda parte, todo hay que decirlo- y otras como Independence Day o el Día de Mañana son malas. No señor. Son muy buenas porque cumplen con el lema de estos Finales de Época: es la misma mierda que las otras pelis que van de presuntuosamente intelectuales pero pintada de colores, con un magnífico envoltorio y un sabor magnífico, como ese postre que deseas que llegue mientras engulles la comida que te han colocado en el plato a toda prisa.
   Transformers 3 es una buena película con escenas muy bien narradas (la 101 División Aerotransportada ahora si que es "aero") secuencias de acción muy elaboradas, un magnífico 3D a una velocidad de vértigo y todas las chorraditas que nos gustan a los frikis, incluídos los momentazos de la piva con tacones en mitad del Apocalipsis sin perderlos. Insuperable.
   Y cosas así son las que me hacen mantener mis esperanzas de un Fin del Mundo con fuegos artificiales. Ya que nos nos va a salvar ni dios, por lo menos que muramos con una sonrisa y no aplastados por el euribor.

lunes, 27 de junio de 2011

¿Porqué me gusta tanto el Caballero Luna?

Pues no lo sé. Desde su época dorada, la de Moench y Sienkkiewicheh no había leído nada de él, salvo los agradables y típicos cameos...y cuando le veía en esas circunstancias exclamaba "¡Hostias, el Caballero Luna!". Y no me pregunteis porqué, pero es así.
El caso es que hace unos meses me pillé toda la cole de este tipo publicada por los Panini en su sello 100% Marvel. Y lo he disfrutado. Y es que los dibujos de Finch ayudan al deleite, pero es que cuando tampoco dibuja él me sigue gustando. Y sigo sin saber porqué.
Quizás sea porque desde pequeñito me aficioné a leer sobre los Templarios y el Caballero Luna me remueve las visiones de los monjes de capa blanca, mitad soldados, mitad monjes, un poco locos todos...
Qizás sea por el aire psicopatillo que destila el personaje...y es que mola mucho verle marcar con sus medias lunas lanzables la frente de los malosos, mientras estos gritan en callejones oscuros y malolientes... El Caballero Luna es un guerrero callejero, pero 2.0, con tecnología por doquieer, pero enfangado en sus discursos mentales.
Quizás me guste por eso, por su personalidad desdoblada, la misma que tenemos los frikis y que a veces nos cuesta controlar. Es esa que te dice "baja a los Manowar de la radio si hablas con un cliente", o "no salgas a cenar un sábado por la noche con una camiseta de Naruto" (he de confesar que estas cosas ya me traen al pairo). El caballero Luna está loco. Y le entiendo.
Quizás me guste por el pollo ese que lleva detrás, el buitre pelón, avatar del dios de la venganza, esa que dicen que se sirve en plato frío, y que le habla en los momentos más insospechados.
Quizás me guste porque se opuso al acta de inscripción de héroes, cagándose en el presuntuoso del Stark, yendo a su bola, al margen de todo.
Quizás me guste por la Luna que le da poderes, la misma luna que a mi me hacía soñar con selenitas cuando era pequeño, con la caza fácil para el depredador nocturno, la misma luna que iluminaba a los Templarios en sus ritos ocultos y la luna del Tarot, que habla de las cosas ocultas.
Quizás me gusta por aquella frase que dijo Spiderman refiriéndose al Caballero Luna: "A mi por Luna me viene lunático"
Son demasiadas cosas por las que me gusta como para no dedicarle una entrada

martes, 21 de junio de 2011

Amanda Bodega (Amy Winehouse) y el mito popero

He visto un video donde una tipa más fea que pegar a un padre con un calcetín sudao, con un tupé más falso que un programa de íñigo y con un pedo como Alfredo pretendía -sin conseguirlo- dar un concierto, cuyas entradas habían sido vendidas a 50 euros... y se habían agotado...
Ante eventos como el descrito arriba un jebarra como yo no puede hacer otra cosa que partirse la caja de la risa. Y es que ni el heavy más chutao de la historia del idem, o del rock, o de lo que sea ha dado un espéctaculo tan lamentable...y no ha sido una vez, que han sido varias. Tengo por ahí un concierto del año 72 (si, el 1972, del siglo pasado, con la guerra de Vietnam en su punto álgido) donde Deep Purple se marcan un directo en la Universidad de New York que es de mear y no echar gota. Ian Gillian tiene una cara entre "lo estoy pasando fatal" y "que bien me lo pasé en esa orgía ayer por la noche" que es de fliparlo. Pero ahí estan. Y como ese un buen montón más. Y aún siguen, como pueden, pero siguen.
El pop nos ha vendido cada moto -bueno, a mi ni una- que es de cagarse, buscándose líderes con "especiales facultades", entre las que destacaba "esa blanca con la voz negra" que era, supuestamente, la Bodega esta. Y ahí está, pidiendo a gritos que alguien la ingrese en algún sitio urgentemente. Mientras tanto la industria popera, tan crítica con otros movimientos musicales que no sean sus mierdas enlatadas, considera que esta chica aún puede dar algo. Ahora mismo sólo se lo mete...
Y es que el otro día oí también un concierto en directo de Black Eyed Peas (Pis en el Ojete) y me vine abajo. Menuda mierda. No me lo podía creer. Y eso que me habían dicho que la cantante estaba buena. Y digo lo de cantante por decir algo. Pero no: su afición al alcohol y sus posteriores tratamientos (corticoides, estoy convencido) la han hecho perder todo tipo de sex appeal, si es que alguna vez lo tuvo, ganado unos buenos kilitos grasosos. Eso si, el Heavy Metal es "una panda de melenudos dando gritos". Que lamentable planeta éste. Lástima de meteorito que no llega.
En fin...si gobernara Magneto, estas cosas no pasarían.

domingo, 12 de junio de 2011

¡Magneto, libéranos!

Este finde he visto X Men, primera clase. Muy buena, me ha gustado. Bueno, a mi, la verdad, me gusta casi todo. Y si es frikadas, más aún... Bueno, a lo que vamos. Que Magneto me ha parecido el líder que necesitamos nosotros, los mutantes. Porque los frikis somos Mutantes, los portadores del gen F. Y es que Magneto es el personaje que más convence de toda la película y cuanda habla de la gente, la normal, la de telediario, periódico, vermut antes de comer y frases de las de "¿todavía leyendo tebeitos?" sabemos que se refiere a "los otros" y que nosotros formamos parte de una nueva generación, de un salto evolutivo. Recordaba viendo la película a los tipos que crearon South Park, unos mutantes que, en su instituto de Columbine, eran perseguidos por los normales, que les veían como bichos raros. En la película de Moore se partían la caja de los cachitas del insti, que habían terminado orbitando toda su vitalidad alrededor de las barbacoas, el césped de su chalete y la tele por cable. Bueno, los creadores de South Park se rieron de los que se metían con ellos en el instituto, pero otros no lo llevaron tan bien ... (ya sabeis a los que me refiero).
En la peli, la carita que se le pone a Michael Ironside cuando ve que todo lo que les han disparado a esos tipos que estan en la playa -y que previamente les habían salvado- se les viene encima podría ser una buena metáfora de los caretos que ponen los normales cuando vemos al Punset hablar de la energía negativa y le entendemos porque lo hemos leído en un tebeo de los Cuatro Fantásticos...

En fin, que necesitamos un Magneto que nos guíe, que nos de una charla a lo Braveheart y nos saque de esta realidad tan fea y aburrida.
¡Frikis del mundo, reuníos!

(buf, que mal estoy...)

miércoles, 25 de mayo de 2011

Firewall, Fireball

"El sabio hace lo que tiene que hacer y luego se retira"
Tao te King.

Decido que me voy a pasar por Sol cinco minutos, a ver que hay por ahí. Ni más ni menos. Cuando pasas de los 40 se ven las cosas de otra manera, muy alejadas de cuando compartiste manifa con el cojo Mantecas...hay que ver cómo pasa el tiempo...
Tengo que trabajar y me niego a ir allí con el mono del curro, en mi caso, el traje y adyacentes. Adecúo mi trabajo a mi visita a Sol y me visto de negro, con una camiseta de Deep Purple en el que un Dragón Chino abre las fauces mientras se retuerce entre la D y la P juntas. Bermudas oscuros y mi mochila más radical de Oakley, por si hay que correr. Y por si hay que tragar humo, un Shemagh americano como los que llevan en Irak y Afghanistán. Muchas precauciones, tío- pienso. Pero es que ya me conozco el tema...
Sigo con mi idea de los cinco minutos. Transcurre el día y por la tarde visita obligada al Generación X de la calle de Puebla, a ver si hay algo nuevo del Caballero Luna (no sé porqué, pero me ha dado por este tipo..). Lourdes me dice que acaban de prohibir la concentración. Mal empezamos. Tengo dudas sobre si ir o no. Estoy al lado de Sol y tuerzo el gesto. Pues no voy. Pero eso de que algo sea ilegal siempre hace que me suba la testosterona más que un Anadrol. Voy para allá después de hacerme el remolón entre las estanterías de tebeos, remeditando todo. Acuario que es uno.
    Compro un Monster y mientras paso por la FNAC dudo entre entrar y ver si algún disco nuevo. Paso. Voy a ver de qué va esto que lo mismo disuelven todo el lío antes de que llegue. Silbo algo que no sé que és, cuando aparece por mi izquierda un poli nacional.
- Documentación, por favor.
- Claro - contesto mientras rebusco en mis bolsillos
- ¿Puede abrir la mochila?.
- Por supuesto.
El compañero me mira rápidamente la mochila y pasa desapercibido el Shemagh (es un pañuelo palestino pero más pequeño y kaki).
- ¿Dónde va, por favor?
- He quedado con un amigo.- miento.
- ¿No sabe que la concentración está prohibida?
- No sabía que había una concentración.- re-miento.
El otro poli da la vuelta al carnet y veo que se le sube una ceja. Si, soy del 71, no tengo rastas y hago preses de banca con más de 80 kilos. No, no soy un perroflauta. Si fuera con mi habitaul traje ni me habríais mirado, como siempre. Cosas de la Democracia. La nuestra, claro. La de los ladrones de traje y en despachos... pero eso lo dejo para otros blogs.
Les doy las gracias, apuro mi Monster, vuelvo a silbar eso que no sé que es, sonrío y decido que me quedo tres horas. Lo han conseguido, me han convencido.
Llego a Sol y pongo durante unos minutos el "Freak-Mode" en ON. Leo las pancartas, los carteles y sobre todo y como la mayoría, miro. Y busco mis referencias. Veo camisetas Heavys, algunas de Star Wars (una de Vader que me señala con un dedo me hace respingar), muchas de superhéroes. Detrás mío un chaval lleva una de Ghost In The Shell, del Hombre que Ríe. Yo también. La gente sabe como mezclarlo todo y más en un evento así. La plaza de Sol es un caos de colorines, pero antes de todo era, es, la típica sartén hormigonada en la que se han convertido los espacios sociales de nuestra capital (más de unos que de otros), con lo que la crítica es inexistente. Veo una camiseta de Targaryen y una chapa de la Patrulla X. El frikismo es simplemente un Firewall, un muro de contención, un explosivo reactivo frente a la realidad de nuestro día a día, sea reivindicativa, pasiva o lo que sea. De otra manera, al menos para mí, esto sería insufrible, simplemente por lo feo que es todo. De vez en cuando ese Firewall sale más allá de sus débiles contenciones y avanza como un Kamehameha. Eso pasa en el Sonisphere, en el Wacken, en la Feria del Cómic, en la del Manga, en una mesa de rol o buscando un avatar para poner en el foro de Archiroleros o en el de la BSK. La gente quiere decir "¿Ves la mierda que llevo dibujada en la camiseta? ¿Ves a este Green Lantern, a este Eddie, a este Capitán America o a este Goku? pues esto es mierda, pero lo que tu me ofreces es más mierda aún, porque no me río con ella, estoy sometida a ella y además cuando me hago viejo creo que vivir así es lo normal".
Eso es Sol. Es una reivindicación de "Si, esto puede ser mierda, pero lo que me ofrecéis es una IBM, una inmensa bola de mierda. Y además, alguien os lo tiene que decir, no sea que se os olvide".
Vuelvo a silbar la cancioncilla y me doy cuenta de cual es. Fireball, de los Purple, claro. ¿Y que no es Sol, si no una inmensa bola de fuego, un proyectil mágico de tamaño super-XXL-gargantuesco?
Y con mi Firewall activado y preparando un enorme Fireball, levanto los brazos y canto "que no nos representan, que no, que no".
A mi, por lo menos, desde luego.

(dedicado a Belia, que me dió la verdadera bola de fuego para concretar todo esto)

miércoles, 27 de abril de 2011

La aburrida realidad sin rol

Camino por uno de los mayores horrores que pueden contemplar unos ojos humanos: un centro comercial. De repente, de detrás de una columna, aparece otra visión más espeluznante si cabe: una familia. Si, de esas de mujer lánguida, teñida y aburrida, marido tripero de jersey tono pastel por los hombros y niño rubio vestido a juego con sus padres. El criajo berrea de tal forma que hasta los Templarios retrocederían en la toma de Ascalón y corre con los calcetines caídos, flequillo al viento y sin más interés que molestar lo máximo posible, bajo la pasiva mirada de los bípedos que son sus padres. De repente, el niño que hace que el de La Profecía parezca Vicente Ferrer, se pega un hostión impresionante. El bípedo femenino corre hacia él con desgana y el otro masculla un "Estoy hasta los cojones, Borja", mientras otros transeúntes miran de reojo. Permanezco ante la escena lo justo para ver que el niño, que berrea más si cabe, no tiene nada grave e inmediatamente pienso: "Buf, eso es 1D6 +2 de daño...o hace un esfuerzo curativo o entra en maltrecho..."

Esto es lo que tiene el rol. Y no es que esté loco -al menos lo justo- pereo es que la realidad es tan...sumamente fea, que estas desconexiones de lo real, hacia Lo Real (atentos una vez más a las mayúsculas) que supone el rol son ya algo más que una huída evasivamente romántica. Es una jodida tabla de salvación.

En un mundo, en un país, donde si trabajas diez horas al día, a cuatro euros la hora, es motivo de celebración y jolgorio, dónde si te paras en un paso de peatones con el coche te dan las gracias y si te descuidas te pone el que cruza en el libro de familia, dónde la única prioridad, socialmente impuesta manu militari a través de generaciones, tiempos y épocas es llegar a fin de mes, el rol supone algo más que un jueguito de fantasía con unos daditos y unos frikis que comen chuches y beben cola alrededor de una mesa. Es algo más. Tiene que ser algo más. Acabo de oir a Ana María Matute decir en su discurso del premio Cervantes que si un día alguien se encuentra, o cree ver a un ser de los cuentos, que se lo crea. Que crea en él. Os prometo que no descarto encontrarme un día con un elfo por el bosque (un día ví uno, pero en una situación difícil de explicar) y que siempre que cae la tarde y estoy por el monte intento vislumbrar una ciudad Eladrín, de esas que están a medio camino entre dos mundos, lejana, brumosa, húmeda...

¿Que estoy loco? que quereís que busque en un monte ¿Un Zara? ¿Una FNAC ? no. Tengo que buscar algo que me devuelva a esa realidad Ideal, ese mundo de las ideas de Platón dónde la imaginación viste mayúsculas y nosotros sólo podemos traerla a este plano de la forma más pura. Eso lo hace el rol. Eso es rol. Y somos unos privilegiados por poder recurrir a él.

pd: los padres del niño le compraron una pócima de recuperación en un Mcdonald cercano mientras yo tenía dudas en hacerle una Presa del cazador...