DRAGON AGE: first box level complete review jarenain

Decir que Dragon Age ha sido un éxito en nuestra mesa de juego de Generación X creo que es poco. Supongo que haber llegado al nivel 5 lo resume así. Eso y que ha habido tres másters, entre los que me incluyo, cruzando la historia pero manteniendo la meta partida. También ayuda el que gente de lo más variado siga reuniéndose todos los martes caiga lo que caiga. Y que esa misma gente, de distintas edades, vidas y formatos, sea tan maja como para que cada partida sea una sarta de risas y espectaculares escenas.

 

 

Y aquí estamos todos: Izarbe, el cazador, Qeira la elfa de ciudad, presidiendo la mesa esta vez, Fernando, grognard el bárbaro, Landon Donovan, el granjero venido a guerrero, Kaynewulf, el enano, Miker Guntersen, otro granjero metido a mercenario, y Phalos el elfo de los bosques que más pedo se pone. Nuestra meta: comer y beber. Y el que no veis, Tarl Dale, el ex alguacil, que soy yo.

Bueno, al tema. He de decir que la facilidad de la caja y del sistema hace sencillísimo el hacer personajes, sobre todo, si como nos pasa a nosotros, aparece gente para jugar a última hora. En cinco minutos solucionado. Claro, esto juega encontra de aquellos que quieran "buscarle los tres pies al gato y al máster". La caja tiene lo que tiene, unas pocas clases y punto. Como iniciación, estupendo... Pero después, y en vista de que la cosa va como un tiro, a cruzar los dedos para que Edge saque la segunda... Como parece va a ser.

Comenzamos con las partidas del manual, la introductoria y rápidamente descubrimos que el juego era muy bueno. Y que pedía que fuera más oscuro que los clásicos de fantasía medieval. Por eso cuando me tocó dirigir mi propia aventura, me planteé meter politiqueo -lo justo pero intenso y ajustado al mundo de Ferelden (ó Fenergan, como me gusta llamarle)- y mucho combate con criaturas extrañas, reliquias sanguinolentas y pnjs un tanto oscuros. De la primera partida heredé mi personaje para las que no he dirigido, el alguacil de Vintiver, Tarl Dale. Los personajes se enfrentaron con unos Ninja de humo que en vez de sangrar humeaban, mientras la pesadilla se cernía sobre la villa de Ruswol, los Bann morían como caen las hojas en otoño... Y si no eran así acababan convertidos en mutantes de siete metros de alto, que viga en mano, destrozaban el pueblo y hacían correr a sus infelices habitantes...

El caso es que las particularidades del juego han quedado marcadas en todas las partidas. Los magos, jodidos por no poder decir que lo son, no sea que aparezcan los de la capilla y se monte (que se monta, os lo digo por propia experiencia) y los elfos, mal mirados por casi todos, dan juego suficiente como para que se puedan lleva sólo partidas con esos trasfondos.

Pero estos 5 niveles han dado para muchos más temas, favorecido todo ello por la rapidez del sistema, en especial la posibilidad de aumentar las acciones, el daño de estas o las posibilidades de las mismas con el Dado Dragón, la característica distintiva del juego, a cuya hoja donde se enumeran dichas puntos nosotros llamamos el "menú del día".

Maria Gurruticoetxea, una fan de Dragon Age que enamorada del sistema se dijo "me voy a tatuar un dragón". Y así ha quedado. Maria eso es afición y lo demás son tonterías.




"Menú del día: de primero golpe poderoso con ignorar armadura! De segundo golpe doble..." suele ser el típico comentario a la hora de repartir los puntos otorgados por el dado Dragón.

Cinco niveles los superados que han dado para muchas cosas, desde politiqueo a sacar de cuerpos inocentes criaturas que cuando las ves se te mete el culo pa adentro. Y que nadie se asuste: las pocas clases son suficientes para poder exprimirlas convenientemente, siempre con la idea de currarse un buen trasfondo que apoye al personaje.

Ahora a esperar la segunda caja, que son duda jugaremos como hemos hecho con la primera.

 

 

 

Publicado con Blogsy