Nuevo evento de la Pathfinder Society.

Ayer, día 20 de Octubre, se celebró en la tienda de Generación X de la calle Puebla, un nuevo evento de la resurgidísima Sociedad de Exploradores. Digo resurgidísima como el rol madrileño en general, porque nos juntamos 30 frikis más los masters a jugar el evento de marras... Había gente como para exportar...

La Pathfinder Society, como las oposiciones a funcionario.

 

Es un lujazo asistir a estas cositas y coincidir con gente que sólo ves aquí, con lo que en mi mesa, y oh, como por arte de magia, volvía a coincidir con Taleros, el guerrero, y con un clérigo conocido por mi en las pasadas LES... El resto de la mesa era un amigo novato en esto de la Pathfinder, pero rolero de toda la vida y que llevaba un mago, una joven pícara, y mi amigo Jaime, clérigo también, y jugador de los Encounters de Gen X los martes... Y yo con Maricielo, una leyenda ya de estos lares...En fin, frikis todos.

Nuestra mesa. Si, la de los gritos, aplausos, insultos y demás. No nos pongais mala cara: nosotros hacemos que esto luzca.

 

Dirigía la partida Ivan, el master de Zemoz Goblinz, y como no pudo ser de otra forma, nuestro grupo fue el que más gritos dió, más aplaudió y más nos cagamos en todo, así que como siempre pasa esto en la mesa en la que juego yo, evidentemente soy yo el que más hace eso. Esto es lo que hay. Para un día que me dejan salir del psiquiátrico...

La partida era un clásico arquetípico del rol en general: hacer llegar unos suministros a una explotación minera. Vale. Lo teníamos que hacer discretamente. Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Ja. Nada más llegar descubrimos que los que tienen que hacer llegar los suministros están en problemas. Vale. Nos ponemos a ayudarles, sin que se entere nadie, o sea, llevando el caos y la destrucción allá por donde pasábamos. Libramos combates con unas hormigas diabéticas que habían okupado un almacén porque querían el azúcar que allí había y combatimos contra una maga que chantajeaba a otro de los transportistas/mercaderes que nos tenían que dar los suministros. El problema es que la maga era una hijadeputa y, refugiada en una taberna, nos convocó a una gorda con aspecto de falete y quenrepartía hostias a dos manos, como Bud Spencer. El caso es que cayeron el guerrero y un clérigo y mi maricielo se quedó con un punto de vida. Estupendo. Tan apurados estábamos que ofrecimos 200 monedas de oro a los parroquianos de la taberna para ver si nos ayudaban. Y lo hicieron. Tumbamos a falete y luego discutimos, especialmente la otra pícara, para ver quien se quedaba con el dinero... En fin, de traca...

Taleros, en el suelo, mientras yo salto la barra de la taberna y hago crítico con un lanzamiento de dagas. No valió para nada, Falete aguantaba todo.

 

Unos eventos más y conseguimos llevar el transporte, que era el fin del escenario y quedamos a la espera de la vuelta de la aventura, que es también otro escenario que jugaremos en un par de meses. En fin, risas, cafeína, gominolas y dados -con visita a un kebab estupendo- en una jornada friki más.

Estupendo todo, especialmente la organización, que hizo que pudieramos apuntarnos a la partida que quisiéramos, organizadamente y con tiempo suficiente. Un diez. Y un diez para el resto.

 

La Maga de Pathfinder preparando un hechizo para ver si dejamos de gritar los de la mesa del fondo

 

Publicado con Blogsy