Tengo un amigo que trabaja/colabora con el portal de noticias Ludonoticias. Pues resulta que hablando un día, y comentando sobre este nuevo "revivir" del rol patrio y que me iba a acercar a Alcobendas a la movida esta del Dia de Lovecraft, acordamos que yo hiciera una reseña del evento. La idea era luego enviársela a este portal y que ellos decidieran tanto sobre la reseña, sobre como la posibilidad de incluir una sección de rol en dicho medio. ¿Mi sueldo? Entre cero y nada, evidentemente. He trabajado en algunos de los mejores medios nacionales de prensa, desde la revista MAN (dónde, por cierto, publiqué un reportaje sobre los juegos de rol), Más Allá, Fortuna Sports... Y cobraba muy bien. Pero que muy bien. Con la crisis se fue todo a la mierda, pero siempre, siempre, escribí dónde me dió la gana, y en muchos de esos sitios escribí gratis, o bien porque me gustaba el medio, o bien porque conocía sus dificultades o problemáticas económicas. Es más, ahora mismo sigo escribiendo gratis para un periódico comarcal. Mi propuesta para Ludonoticias fue clara: no cobraba nada, pero ya que iba a hacer reseñas de juegos de rol, y ya que todos los que reseño me los pago yo de mi puto bolsillo, les dije que si conseguían algún juego vía editorial y yo lo reseñaba, por lo menos que me lo dieran.
El evento era ideal, pues mi amigo en Ludonoticias se llevó cámaras de vídeo y grabó todo, y yo por mi lado me comprometí a ir a todas las mesas redondas y ha hacer una reseña "profesional", alejada del tono general de este blog. Y así fue.
Evidentemente si la publico aquí es porque me la curré en su momento (la reseña) y porque, a pesar de que me consta que gustó y mucho, y de los esfuerzos de mi amigo para que los responsables de Ludonoticias al menos contestaran, no he recibido ni un "mú" por parte de nadie.
Así que aquí lo tenéis tal y como fue enviado, haciendo justicia a lo que se me pidió y sobre todo al evento, que mereció mucho la pena. Os dejo encargados de que juzguéis que os parece, y si era un buen comienzo para hablar de rol en este portal. Se admiten críticas y comentarios.
CULTOS INNOMBRABLES O EL PARADIGMA DEL ROL NACIONAL ACTUAL
Dicen las buenas lenguas que estamos viviendo una nueva época dorada del rol patrio y... Esperen un minuto... He estado apunto de explicar esto como si el que lo estuviera leyendo SUPIERA que es la "época dorada del rol nacional" y resulta que, a lo peor, ni siquiera sabe que es el rol... Pues nada, voy a intentar en la medida de lo posible hablar para alguien que simplemente lea esto sin tener unos conocimientos altos (nivel exégeta) del rol hispano.
Corrían los últimos años de los ochenta y los primeros de la siguiente década cuando la explosión de los juegos de rol en España se hallaba en su momento más álgido. La inercia de la famosa "caja roja" de Dungeons and Dragons había ido desembocando en multitud de ideas, juegos, editoriales, clubes de rol y fandom rolero en general que llenaban mesas y mesas de aficionados a esto de "vive tu propia aventura en compañía de otros sin salir de tu casa y jugando con tu imaginación", si es que pudiéramos explicar brevemente en qué consiste un juego de rol.
Ese paraíso idílico duró poco, tan poco, que de la noche a la mañana todo se derrumbó. La culpa fue objetivamente de un trágico y violento suceso, conocido como el asunto del asesino de los juegos de rol, acto este que convenientemente tergiversado por los nuevos medios de comunicación que por aquél entonces se instalaban en nuestros hogares -principalmente las nuevas cadenas televisivas- junto con otros luctuosos sucesos como el de los crímenes de Alcasser y todo ello unido con la idea de que el ocio hispano debía pasar por discotecas y fútbol hizo del rol algo extraño, oculto y en cierto modo "rarito" y hasta "peligroso" para los usos y costumbres patrias.
Siguió habiendo rol, pero ya nada fue igual y aquella época dorada pasó a ser un recuerdo de los que en ella vivieron aventuras siendo elfos, enanos, vampiros o caballeros del rey Arturo...
Y de repente llega el siglo veintiuno y parece que esto vuelve a revivir, en medio de consolas de juegos, teléfonos inteligentes, virtualidad en 3D y wassap. Como decía al principio, dicen las buenas lenguas que hemos vuelto, o estamos camino de ello, a esa época dorada. Por supuesto este debate daría para treinta páginas de algún foro rolero de esos que abundan en la red, y aunque no llegaríamos a ninguna conclusión -creo que se trata de eso, que mola más- lo que es indudable es que, al menos, "algo se está moviendo". Y bien fuerte.
Y todo esto de arriba ha servido para presentar como ejemplo de lo expuesto al reciente juego nacional Cultos Innombrables, de la editorial Nosolorol.
En nuestras librerías desde Diciembre de 2.014 reivindica, inconscientemente y desde mi punto de vista, todo lo que caracteriza a esta New Age rolera patria: buenos (muy buenos) acabados, buen sistema, buena temática, buen precio, nuevas ideas girando una vez más manidas tuercas lovecraftianas y sin perder el sabor de la nostalgia, que en estas cositas es fundamental. Un cóctel sin complicaciones, efectivo y efectista.
Cultos Innombrables recoge el mundo Lovecraftiano que plasmó el juego de rol de La Llamada de Cthulhu, ese mítico juego de la "gold age rolera hispana" y, manteniendo el esquema, esta vez nos lo plantea desde el punto de vista del cultista, del que quiere trascender al horror cósmico que asaltaba al investigador de los Mitos con la idea de hacerlo suyo: un vistazo "al otro lado del espejo". Una perspectiva fresca, original y hasta en cierto modo anhelada, al menos para mi, que harto de horrores cósmicos mundanos (trabajo en Madrid, no creo que haga falta decir más) queremos acercarnos a los otros.
El sistema de juego es el Hitos, uno de los más favorecidos por Nosolorol en sus líneas de rol, y que demuestra clase y estilo, sin perder el sabor del rol "de toda la vida".
Y si has llegado hasta aquí leyendo te habrás dado cuenta de que he hablado de varias cosas que hacen que el título de este artículo sea como es. Si, amigos, hay editoriales de rol, con varias líneas de este tipo de juegos en sus estanterías, con sistemas propios e innovadores, con cuidadas ediciones y adaptadas al entorno de mercado actual. Repito: que no nos salga sarpullido hablando de la nueva época dorada del rol nacional, pero si esto que has leído no te transmite que "algo está pasando", quizás con lo siguiente si te dé esa idea.
El pasado día 14 de Marzo de 2.015 se celebró en el centro de Arte de Alcobendas el II Día Lovecraft, con multitud de actividades y eventos relacionados todos ellos con el Caballero de Providence, ese escritor que casi sin querer ha influido tanto en el concepto del terror psicológico y cósmico de la literatura y las artes visuales. Una buena parte de esas actividades giraron entorno a este magnífico trabajo de la editorial Nosolorol. Y si amigos, se llenaron las dos conferencias-presentaciones en las que se habló de Cultos Innombrables y por ende de la adusta figura de Lovecraft. Allí estuvieron los diseñadores, escritores y colaboradores de este trabajo, respondiendo preguntas ante incluso un auditorio abarrotado (por la tarde tuvieron que poner más sillas hasta que se llenó la sala) hablando sobre el juego, los juegos de rol en general y Lovecraft en particular como trasfondo de ellos.
Y si sólo fuera esta editorial podríamos aplaudir su iniciativa empresarial como ejemplar, pero ni es la única ni va a serlo, pues poco a poco otras se van asentando y cubriendo huecos de mercado en una incruenta guerra del que las únicas víctimas, nosotros los jugadores de rol, somos cada día más y nos sentimos felices por caer en estas trincheras de juego, de nuestros queridos juegos de rol.
Personalmente me da igual cómo llamar a lo que estamos viviendo los roleros de España, pero tengo que decir que no recuerdo eventos tan llenos como estos, tantas jornadas de rol como ahora, ni a mi como jugador tirando tantos dados tantas veces, tan seguidos, con tanta gente distinta y con tal variedad de juegos y sistemas. Y eso, sin duda, es bueno. Alegrémonos entonces.
Así quedó mi ejemplar de Cultos Innombrables después de que sus autores y colaboradores me lo firmaran.
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