Bueno, ¿que sería de un friki si no se inventara la vida de sus personajes roleros? Pues poco. Sería un friki de segunda división. Así que una vez más, y para que no se diga, voy a poner unos trasfondos.
La historia en sí se la inventó Nagash Daigotsu, miembro del aclamado Pathfinder Chetos club, y jugador de algunos míticos personajes como Lady Scar, de la que hemos contado vida y aventuras por aquí.
Un día descubrimos que su recién creada bruja Cheliax y mi recién creado guerrero cheliax podían ir muy bien juntitos e incluso compenetrarse con combos si les pusiéramos alguna excusa más que la sencilla y clásica de "son amigos y residentes en Cheliax". Pensamos que sería una buena idea que fueran hermanos, así que nos pusimos a ello... Y hasta hemos jugado en ese plan.
Como digo la historia es de Nagash y la novelización y conexiones son mías. Esperamos que os guste.
La puerta de la lujosa pero caótica habitación se abrió con el lastimero chirrido de una cerradura mal engrasada.
La joven se sobresaltó, enfrascada como llevaba horas en sus libros de magia. Recortada contra la luz anaranjada del crepúsculo apareció la figura de un hombre, ataviado con una armadura que desfiguraba sus líneas y le hacía parecer más grande de lo que era, casi en un monstruo. En su mano derecha una gran espada casi rozaba el suelo.
- Hermano, pasad y bebed algo. Supongo que estaréis agotado... No os veo desde por la mañana.
El hombre avanzó lentamente, precedido por el tintineo de las placas de su armadura y de la malla interior. El sol reflejaba las máscaras talladas hábilmente en la armadura con destellos dorados mientras caminaba lenta, pesadamente y enfundaba su pesada espada. Con un gesto de habilidad se quitó el casco, dejando caer una melena pelirroja sobre sus hombros mientras unos ojos verdes como esmeraldas refulgían en su piel morena, perlada de sudor.
- Gracias, Sabrine, querida hermanita. - dijo con una sonrisa mientras cogía la copa de plata que la mujer de ojos negros como el azabache le tendía y se la bebía de un trago para después besarla en la mejilla con un ósculo que nadie habría calificado como familiar.
Ambos sonrieron mientras el sol se ponía en Egorian.
Cheliax es un lugar donde cada uno se hace a si mismo. Mientras tanto intenta disfrutar lo máximo que puedas.
En un imperio donde es normal el pactar con los diablos, ser un huérfano no es nada fácil, sobretodo si lo eres de una casa noble caída, cosa que sabían muy bien Sabrine y Gerard Wilow.
La casa willow era la dominante del barrio de Hellhound en la capital de cheliax, Egorian. La familia consistía tan solo de los padres y sus dos hijos. El padre, Konrad willow, era un afamado almirante de la marina imperial, la madre era la hechicera Ahoppie Wallder Willow, una taldorana. Hechicera , Taldorana y casada con un noble de Cheliax, tenía todas las posibilidades de ser acusada de espionaje, más aún en un imperio en el que se torturaba por aburrimiento y más si la familia Willow nunca aceptó esa boda. ¿Que se podía esperar de unos chismes de viejas contados al amor de la lumbre en invierno, alimentados por el resquemor de una familia que veía como su linaje podía acabar en manos de una Taldorana?
A pesar de los contactos de Konrad y de la falta de pruebas claras, las acusaciones fueron puestas encima de la mesa, en medio de una extraña guerra de facciones nobiliarias, en las que el matrimonio Willow fueron el casual chivo expiatorio que sirvió a las esquivas instituciones Chelíax para descargar cierta presión y calmar las ansias de sangre de la corrupta oligarquía.
Las ejecuciones fueron sumarias y los hijos deberían haber seguido el mismo camino, pero el joven Gerard, de tan solo 6 años, pidió un juicio por prueba, una vieja costumbre de el tiempo antiguo de Cheliax que casi nunca se usaba y que su padre le explicó horas antes de ser ejecutado. Consistía en realizar 3 pruebas de valor para salvarse de esa pena capital extendida a toda la familia Willow.
La emperatriz, con cierto gusto por el melodrama intercedió por ellos y acepto este tipo de penitencia, mientras la exposición del joven Gerard arrancaba aplausos a la nobleza que ejecutaba a sus padres y que veía que su diversión no iba a ser breve. Gerard, ese niño pelirrojo de aspecto frágil pero orgulloso que lloraba en mitad del patíbulo mientras intentaba que su voz sonara potente y desafiante, esperaba poder hacer las 3 pruebas y así salvar a su hermana, lo único que quedaba de su familia.
Lo que hizo que sus rodillas temblaran fue cuando la Emperatriz le dijo que, como correspondía a la Antigua Ley que él invocaba, su hermana también tendría que hacer esas tres pruebas. Un giro inesperado de la moneda del destino, que volteada en el aire se ríe de los mortales presuntuosos...
La primera prueba fue una prueba de vida, una prueba para ver cuanta era su capacidad de sobrevivir. Gerard fue arrojado a los Pozos de Sangre, unos círculos de luchas de gladiadores donde tendría que sobrevivir, mientras Sabrine fue llevada como sirvienta a una baronesa vampiresa como parte de un tributo en siervas por ciertas deudas. Ambas pruebas, casi penas, durarían 5 años.
Los Pozos de Sangre son un lugar de pesadilla, hacen luchar a hombre y niños, entre si y contra todas las bestias inimaginables. El capataz de ese antro, un hombre increíblemente gordo llamado Mug el negro, odió desde el primer minuto a Gerard por ser de alta cuna y en su primer combate hizo luchar al muchacho con un perro infernal...que mejor un Hellhound para el huérfano de ese mismo barrio... pero ante todos, y gracias a la caprichosa moneda del destino, Gerard mato al cánido con sus propias manos después de que este se golpeara la cabeza contra la pared del pozo tras una esquiva milagrosa del pequeño. Así se gano el sobrenombre de Hellhound.
Durante los años venideros el ya no tan pequeño Gerard se convirtió en en un hábil guerrero. Los mayores espectáculos y apuestas giraban entorno a el. Le hicieron luchar con casi de todo, Goblins, niños, arañas, lobos... hasta gladiadores expertos, todos morían, Gerard tenia un propósito y nadie podía arrebatárselo. Eso y una gran capacidad de observación: solo una profunda atención del enemigo podría darle la clave para vencerlo.
Sabrine no tuvo tanta suerte. Una niña de 4 años esclava de un vampiro...la imagen estremece solo de pensarlo. Drenada cada poco tiempo así como el resto de sirvientas además debían responder a los caprichos de la Vampira y a mantener su castillo. Aunque a menudo tenían que pelear entre ellas por comida o por una falsa sensación de poder y a pesar de que Sabrine no tenia tanto carisma como para hacerse prevalecer entre las demás, su inteligencia y la capacidad de observación, como la de su hermano Gerard hizo que muchas veces pasara desapercibida y que poco a poco se fuera convirtiendo en una sirvienta eficaz. La vampiresa empezó a necesitarla... escriba, mensajera, historiadora, incluso llevó la lista de víctimas y drenajes de la vampira... Y espía, porque poco a poco, gracias a su contacto con la vampira fue adquiriendo la habilidad para la magia...
Ambos hermanos tenia claro que sus captores no iban a dejarlos marcha vivos y que el tiempo no jugaba en su favor, pero ambos, aunque separados, eran unos supervivientes.
Días antes de que finalizara su estancia en Los Pozos, Gerard reto en publico a Mug el negro. Este, la sombra del gran gladiador que fue, oliendo la oportunidad de sacar dinero con las apuestas sobre el "niño imbatible" aceptó ciego de prepotencia, un grave error que le costaría la vida, en su caso la cabeza. Gerard ya era un joven experimentado que sabía mil y una tretas... Mug repitió muchas veces ante las victorias de Gerard que los guerreros ya no eran como los de antes, como lo eran los de su generación. Instantes antes de morir supo que Gerard era, efectivamente, de otra generación, pero muy superior a la suya...
La vampiresa tenia cierto cariño por Sabrine no cabía duda, pero el mismo cariño que alguien le tiene a una mascota. siempre tuvo la intención de transformarla antes de que se cumplieran los diez años, pero no contó con los cazadores de vampiros. Durante años Sabrine hizo escapar a muchas chicas, víctimas de la vampira, y dejo muchos mensajes ocultos, pistas para que Los Cazadores pudieran encontrar a su dueña... le resultó sencillo: al llevar tanto la mensajería como las lista de victimas de la baronesa la vampira había puesto en las manos de Sabrine la estaca de madera...
Pocos en Cheliax esperaban la vuelta de los hermanos, pero muy pocos esperaban lo que pareció. Gerard era ya un joven imponente de pelo rojo fuego, ataviando con una armadura negra hecha de restos de otras armaduras de sus enemigos vencidos en Los Pozos incluyendo algunas de Mug el negro. Sabrine, a su lado tampoco pasaba desapercibida a su lado: vestía un elegante vestido de la baronesa vampira, recientemente ajusticiada por un Cazador Nocturno. Todo el mundo supo al ver como se miraban que los dos hermanos habían cruzado su experiencia y se habían convertido en una única arma mortal. Más de uno de los que aplaudieron los ajusticiamientos de sus padres ahora se removían inquietos en sus lujosas poltronas.
Presentados voluntariamente ante la Emperatriz, pidieron ante la sorpresa de todos su segunda prueba. La Emperatriz, inquieta y a la vez divertida, les ordeno traer algo de valor de vuelta al imperio, y aunque eran libres, podrían ir y venir con libertad, se les dio un año para cumplir la misión, y para evitar que escaparan se les pusieron unos collares mágicos que de tardar mas de un año en volver los matarían.
Con una sonrisa los hermanos partieron.
No se sabe muy bien que pasó con ellos durante ese largo año. Unos dicen que Gerard se convirtió en pirata, otros que en mercenario en las junglas...quizás un poco de todo...
De Sabrine se supo poco, menos incluso que de Gerard. Se habló de magia, de que había estado en extraños Aquelarres a dioses imposibles de pronunciar, de matrimonios con hechizeros... Habladurías... ¿o quizás no?
Al final del año ambos hermanos estaban de vuelta en Cheliax, y aunque ambos aportaron tesoros perdidos para el imperio de Cheliax, y que algunos de ellos provocaron guiños de placer en los ojos de la Emperatriz, no bastó.
Todo no estaba perdido: los jóvenes se presentaron ante la Emperatriz días antes de que terminara el plazo. Apretando los dientes se retiraron pensando en jugar una última carta antes del fin...
El ultimo día Gerard hizo traer unos carruajes y de ellos sacó decenas de esclavos, todos eran de la familia Walder Willow, la rama de su abuela. Había estado dando caza a todos los conspiradores de su rama materna de la familia y los había traído junto con pruebas de sus conjuras contra Cheliax... Abandonado por sus abuelos, que habían estado de acuerdo con la muerte de su hijo y nuera, a los jóvenes Willow eso siempre les hizo pensar que se debía a algo más. Gerard, gracias a sus contactos en Los Pozos supo de extrañas conspiraciones para hacerse con el control mercantil de determinados barrios de la ciudad, cosa a la que siempre se opuso su ahora fallecido padre. Su familia nunca le perdonó y sólo años después supo que la boda con la Taldorana, su madre, había servido de excusa sangrienta.
Este regalo fue bien recibido por la Emperatriz y sobre todo por el resto de nobles que veían a sus pies a los que en las sombras pretendían dar un giro en el timón de la oligarquía Cheliax. Inmediatamente se le retiró el collar.
Sabrine, que había colaborado con su hermano en la detención de su familia, no trajo nada de mayor valor que una elevada suma de dinero...y una gran sonrisa. La Emperatriz, disimuladamente triste cuando realmente quería matar a uno de los dos hermanos para justificar su mando ante los nobles, decidió dejar que el colgante hiciese su trabajo en el momento de cumplimiento del año, en la caída de sol de ese mismo día, cuando Sabrine, debía morir por la acción de su collar mágico. Pero no ocurrió nada, es más, ni siquiera llevaba el colgante...nadie entendía nada excepto los mas listos: Se estaba entregando a si misma al imperio. Podía haber escapado pero decidió volver y como tal se aceptó como cumplida la segunda tarea. Ese día se ganó su sobrenombre: Crepúsculo.
La última tarea encomendada para ambas, la tercera prueba, aun perdura: se les indico que se unirían a la Pathfinder Society de por vida sabiendo que si en algún momento desistían morirían, pues no cumplirían su ultima prueba. Lejos de una penitencia ambos hermanos lo ven como un honor ya que les permite llevar por el mundo la insignia de Cheliax con orgullo, en la capital son visto como una ejemplo a seguir y tratados como héroes. Aunque siguen generando comentarios insidiosos, ningún noble se atreve a conspirar claramente contra ellos. Saben que su muerte sería cuestión de días.
Cuando no están de misión viven y prácticamente regentan el barrio de su padre, lugar en el cual satisfacen sus deseos mas lujuriosos y oscuros. Ademas se hacen cargo de todo desvalido que no tenga donde ir y ya sea con entrenamiento, magia o muerte lo convierten en alguien digno de ser llamado hijo de Cheliax.
Como antes hemos dicho es muy difícil ser un huérfano en Cheliax, pero si consigues hacerte a ti mismo puede ser muy... Placentero.
Que descripciones mas buenas ... esto si que es una buena introducción para dos Pjs.
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